El número de aplicaciones web es enorme y no cesa de
aumentar.
Las características de estas aplicaciones 2.0 son (De
Haro, 2008):
Admiten la participación colectiva, permitiendo:
Compartir información entre los
usuarios.
Interactuar unas personas con otras.
Colaboración entre usuarios. La
información compartida unido a la interacción entre los usuarios debe permitir
la creación conjunta de contenidos.
El uso del recurso es gratuito, al
menos en parte
Permite recuperar la información
mediante suscripción (sindicación) al que se puede añadir el etiquetado
(folcsonomía).
A grandes rasgos se pueden clasificar estas
herramientas, según la función que desempeñan, del siguiente modo:
Herramientas para generar contenidos. Con ellas
la información, proveniente en diferentes formatos, se presenta de numerosas
formas y serán incluidas en el proceso final de generación de contenidos.
Pueden ser líneas temporales, imágenes, sonidos, presentaciones, etc.
Generación y publicación de
contenidos. Son las herramientas encargadas de proporcionar los
contenidos en su forma final. Fundamentalmente son los blogs, wikis y sistemas
específicos para crear sitios web, como Google Sites. Estos contenidos suelen
incluir numerosos elementos que provienen de otras herramientas especificadas
en el apartado anterior
Recuperación de la información. Son los
sistemas que permiten obtener la información de una manera eficiente y
automática o semiautomática, teniendo en cuenta el medio hiperinformativo en el
que nos movemos.
Prácticamente todas estas
aplicaciones tienen características propias de las redes sociales, en
mayor o menor grado, permitiendo la comunicación y colaboración entre personas.
Los servicios de redes sociales propiamente dichos (Ning, Elgg, Facebook o
Twitter, por ejemplo) estarían en el nivel superior en cuanto a la comunicación
se trata, siendo sistemas ideales a partir de los cuales se pueden organizar y
gestionar el resto de herramientas en colaboración con otros.