Herramientas digitales para la educación.
Una premisa fundamental de la
aplicación de las herramientas digitales en la educación, es que no se puede
invertir en tecnología para seguir haciendo lo mismo en el salón de clase. Es
clave en el proceso de transformación de la educación, destacar con certeza
cuales son los verdaderos valores agregados que las herramientas digitales
aportan a la mejora del rendimiento. De nada vale contar con material
digitalizado y un proyector en el aula, si la experiencia no se diferencia de
aquella en que los alumnos abren su libro de texto para mirar la imagen
compartida.
Es por esto muy importante,
destacar desde el inicio, cuales son los valores agregados que las herramientas
digitales pueden aportar al proceso educativo.
Entre estas: la posibilidad de
contar con material complementario y auxiliar al que se usa como guía en el
desarrollo de una materia; La posibilidad que da la evaluación en línea del
avance de los alumnos para el análisis del proceso de aprendizaje con técnicas
analíticas; La posibilidad de una interacción mucho más dinámica entre
maestros, padres y alumnos mediante el uso de las herramientas de comunicación
de las redes sociales. Finalmente, las posibilidades que ofrecen los sistemas
operativos modernos para el desarrollo de materiales de aprendizaje con un
nivel mucho mayor de interactividad entre el material y el alumno a través de
dinámicas como la simulación, los juegos de rol, los mapas conceptuales o la
visualización de fenómenos con material multimedia.
Desde un punto de vista
económico, el valor de las herramientas digitales para la educación puede
analizarse con las mismas técnicas de pronóstico de demanda que cualquier otro
producto digital. La relación entre su precio y su adopción son claves. Es por
el precio, relativamente elevado, que proyectos como OLPC (One laptop per
child) son difíciles de implantar aún en países desarrollados, ya no digamos en
aquellos como el nuestro o de menor grado de desarrollo. De ahí que se requiera
una estrategia de despliegue que realmente enfoque la posibilidad de que la
solución masifique. Esto es, que pueda ser adoptada por la mayoría de los
estudiantes y no quedar como una aplicación de nicho.
El mercado de los libros de
texto es claramente un mercado de “best sellers” donde el texto seleccionado
para un curso, lo es entre un grupo reducido de éxitos editoriales para la
materia. En las herramientas digitales, sobre todo en lo referente a los
contenidos pero también en el caso de los auxiliares educativos, esta capacidad
o posibilidad de masificar se vuelve clave para la disminución del costo
promedio por copia y, en consecuencia, para un precio atractivo. Los datos del
mercado sobre la adopción de un producto, son la mejor indicación que se puede
tener del valor objetivo del mismo. En este sentido, se requiere un seguimiento
lo más detallado posible del mercado para todos los productos de interés.
Una de las áreas en la que
mayor ayuda puede prestar el uso de herramientas digitales en la
educación, es en la evaluación de competencias y el seguimiento del
progreso de los alumnos. Parecería trivial, pero cuando se piensa en la forma
en que los maestros hacen hoy en día el seguimiento de los alumnos y lo
comparamos con la forma en que las empresas modernas hacen lo propio con sus
procesos operativos, nos encontramos con que los académicos de hoy en día se
parecen más a los supervisores de los setenta en cuanto al tipo de herramientas
que utilizan. Muchos exámenes y ejercicios se basan en el uso tradicional del
papel y la evaluación subjetiva del tutor depositada en una lista de grupo. Es
común encontrar una visión única y estática de la evaluación de las
competencias de un alumno. Por ejemplo, Juan tiene un grado deficiente de
comprensión de lectura con base en la evaluación de un trabajo en clase. Esa
percepción se queda en el maestro por meses pues es complejo y arduo realizar
un seguimiento semanal del progreso de cualquier alumno como Juan con
base en ejercicios continuos. A esto se agrega la evaluación del progreso de la
clase con respecto a la homogeneidad y avance de la media del grupo. Con los
ejercicios digitales esto deja de ser así. En la medida en que los ejercicios
reflejen de manera adecuada las competencias que se busca integrar a las
habilidades, los ejercicios en herramientas digitales, en clase o en casa,
dejan constancia de cómo se ha comportado el alumno en cada caso y, agrupando
los ejercicios correctamente, que tanto ha avanzado en periodos relativamente
breves de tiempo. De esta forma, los contenidos digitales, al contar con
elementos de repaso y evaluación del aprendizaje, incorporados en el material,
puede dejar en un depósito de datos todo lo necesario para recurrir a ellos con
las técnicas modernas de análisis de datos y elaboración de reportes desde
diferentes perspectivas.
Un paquete de aprendizaje para
una escuela que administre las relaciones entre maestros, alumnos y padres para
la coordinación de esfuerzos de avance en aula, laboratorio y casa puede
incorpora un conjunto básico de cursos en formato digital que permitan integrar
una visión común de los avances, las áreas de dificultad, la efectividad del
material de aprendizaje y del maestro en forma estándar y facilitar así la
gestión del rendimiento académico.
Desde luego que el objeto en
cuestión es un sistema de gestión del aprendizaje (LMS) dedicado exactamente al
lugar donde debe aplicarse de forma natural: la escuela. Al integrar los
ejercicios de forma estándar en un sistema de evaluación individual y grupal
del avance, la escuela gana mucho en el conocimiento de la efectividad de sus
propios procesos. Se puede pensar que el sistema de ejercicios no tiene que
estar necesariamente ligado a un material digital y así es. Sin embargo,
parecería natural que el ejercicio estuviera integrado sólidamente al
contenido del aprendizaje y que, además, el material mismo aprovechara las
ventajas de la ubicuidad de la indexación y posibilidad de presentación
multimedia inherentes a lo digital. Se trata pues de una integración natural
entre contenido, herramientas de evaluación y gestión del aprendizaje y la
natural comunicación de tipo social entre padres alumnos y maestros que permite
la red.